El pasado domingo fue la última edición del diario Público, el cual ha tenido que cerrar su edición impresa por falta capital y de inversores tras haberse presentado a un concurso de acreedores. Conserva su edición digital pero la edición impresa se ha perdido y con ella pluralidad en la variedad de periódicos que nos encontramos cuando vamos al Kiosco.
Lo mejor de todo es que el estado no se ha preocupado ni no más mínimo por el cierre de este periódico de tirada nacional y con un considerable número de lectores y sin embargo en Europa siguen casi regalando dinero público a los bancos, el cual no llega a los ciudadanos, por lo tanto si hacemos una deducción lógica nos damos cuenta de que si nuestro amigo el banco nos concede una hipoteca por obra y gracia de Dios nos están prestando nuestro propio dinero con unos intereses que son para echarse a reír, o a llorar cuando te das cuenta de que lo que te está contando el de la sucursal no es un chiste.
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